En pro de la cantonalización de los partidos políticos

Esta es una entrada en pro de la cantonalización de los partidos políticos españoles, i.e., de la fragmentación regional de los grandes partidos. Cantonalización tiene connotaciones negativas en España y seguro que suscita un distanciamiento con respecto a la tesis defendida aquí en muchos. No es interés del autor tratar de, dirían algunos, cohonestar el término o apuntar algunos de sus defectos —previstos o no por el autor— sino plasmar una propuesta de cantonalización de los partidos políticos como solución —siempre parcial, como es de necesidad en el ámbito político— a algunos de los problemas concretos que plantea el actual estado de las cosas.

GDPR vivida

Mario Conde es abogado. Todos sabemos que pasó una temporada en la cárcel. Menos conocido es que acabó escribiendo un libro —que, obviamente, no he leído— con un título que dice muchas cosas: Derecho penitenciario vivido. Supongo que podrían escribirse muchos otros libros similares acerca de cualquier otra ley: ley orgánica de la educación (cualquiera de ellas) vivida, etc. Cada uno podrá traer sus propios ejemplos.

Lo que podemos aprender del título de ese libro es que media —o puede mediar— una distancia considerable entre los pretendidos efectos de la ley —frecuentemente glosados en el preámbulo en términos nada sorprendentemente optimistas de su aún no probada eficacia— y los que se obtienen tras su entrada en vigor. (Escribe esto alguien que en 2007-2008 se ganaba la vida reescribiendo en forma de software la norma internacional imperante en el momento, Basilea II, para reducir la probabilidad y mitigar el impacto de una crisis del sistema global de crédito. El colapso de Lehman Brothers lo sorprendió picando código.)

Orientación política vs flujos de información

Mucho se ha discutido sobre las causas subyacentes de las orientaciones políticas. Frecuentemente se buscan en el ámbito de los valores. Esta entrada, sin embargo, quiere abundar en una dimensión alternativa del debate: el que relaciona las opciones políticas con las intuiciones acerca de la efectividad de los dos sentidos potenciales de los flujos de información.

Muy esquemáticamente, la información puede fluir hacia arriba o hacia abajo. Un ejemplo de información que fluye hacia arriba: dos ciudadanos acuerdan hacer algo conjuntamente y firman un contrato a tal efecto. El estado, desde arriba, observa ese contrato y deja hacer. Es, de alguna manera, consciente de que esos ciudadanos, conocedores de sus circunstancias particulares, han llegado a un acuerdo si no óptimo, al menos, adecuado a ellas. El estado, pues, se limita a hacer valer ese contrato en caso de posterior disputa.

¿Quién construye las cosas?

Cuenta Émile-Auguste Chartier en su obra Propos d’un Normand 1906-1914 de 1908 cómo construían los polinesios sus canoas:

Tout bateau est copié sur un autre bateau… Raisonnons là-dessus à la manière de Darwin. Il est clair qu’un bateau très mal fait s’en ira par le fond après une ou deux campagnes, et ainsi ne sera jamais copié… On peut donc dire, en toute rigueur, que c’est la mer elle-même qui façonne les bateaux, choisit ceux qui conviennent et détruit les autres.

Se ve que los nematodos maximizan la utilidad esperada

La economía clásica supone que los agentes son racionales. Por algún motivo, se ha dado a entender que dichos agentes son seres humanos y de ahí el mito del homo economicus, etc. aunque bien sabemos que pueden ser empresas u otro tipo de organismos no sujetos (directamente) a la tiranía de la endocrinología.

Uno de los descubrimientos de la economía (o de sus críticos, finalmente cooptados) es la de que los seres humanos no actúan necesariamente de acuerdo con los principios axiomáticos sobre los que se basa la economía clásica. Concedido.

Lo justo y lo eficiente

La entrada de hoy quiere dejar constancia de una subidea potencialmente poderosa extraída de A Positive Account of Property Rights (o, más propiamente, una observación empírica): suele haber una concordancia entre lo que es justo y lo que es eficiente.

Obviamente, lo que es justo quiere indicar lo que en una determinada sociedad y momento histórico se considera justo (o bueno, o conveniente, o,…). Así, justo no se refiere exclusivamente al derecho, aunque se solape con él.

La disidencia, ¿"bug" o "feature"?

Esta entrada es producto de unas reflexiones que me vinieron a la cabeza hace unos días, mientras un par de antivacunas se explicaban larga y redundantemente.

No era gente estúpida: ambos eran físicos, uno de ellos doctor. Otra prueba más de que el logos no es la mula sino el carro. Como los argumentos me aburrían, me entretuve ponderando la siguiente hipótesis, que convengo, es altamente hipotética.

Sabemos, y ya nos lo dijo Aristóteles, que somos animales políticos (o sociales).Pero lo que nadie ha dicho es que seamos animales gregarios. Tal vez porque somos empíricamente conscientes de que cada vez que se ha puesto encima de la mesa un asunto con expectativas de universalidad —piénsese: el heliocentrismo, la redondez de la tierra, la exquisitez del jamón serrano, la inmaculada concepción de María, el geocentrismo, el comunismo, la evolución, la inocuidad del 5G, la vacuna del sarampión, el progreso, etc.— un porcentaje minoritario pero significativo de la población ha enarbolado inopinadamente el pendón de la disidencia.

Riesgos y vacunas

Aunque planteada con toda la crudeza, la pregunta sobre si es lícito poner en peligro (incluso de muerte) a otros parece suscitar en nosotros una respuesta moral negativa, la realidad es que es algo que ocurre rutinariamente. Por ejemplo, sucede así con el tráfico rodado: los conductores ponen en peligro tanto a peatones y ciclistas como a otros conductores —por no hablar de a sí mismos—; no obstante, está permitido conducir todo tipo de vehículos.

Principios de moral

En esta entrada voy a establecer primero y discutir mínimamente después unos principios de la moral. Más que como verdades ontológicas —sobre lo que no me pronunciaré— lo haré como una perspectiva —que estimo muy fructífera— que nos permite entender y razonar sobre los problemas morales.

Los tres principios de la moral

  • Moral, ética y comportamiento/conducta son sinónimos. Toda conducta es moral.
  • El concepto abarca tanto el comportamiento humano, como el de los animales (las criaturas animadas, en general, incluyendo, p.e., a las amebas) y el de las organizaciones sociales de todo tipo (empresas, grupos terroristas, estados, etc.)
  • El criterio que permite juzgar el comportamiento de un sujeto es su relación su supervivencia: será bueno/malo aquello que favorece/pone en riesgo su supervivencia.

Discusión

¿Emergencia climática?

Estas páginas no niegan el cambio climático. De hecho, el clima no ha dejado de cambiar en los últimos 500 millones de años.

Cambio climático en los últimos 500 millones de años

Tampoco niega que por efecto del hombre, ciertas cantidades de CO₂ que estuvieron en la atmósfera, que fueron capturados por distintos organismos y permanecieron enterradas durante millones de años hayan vuelto a su lugar original y que ello haya causado ciertas alteraciones climáticas. Eso sí, es mucho más escéptico acerca de dichos cambios vayan a ser tremendamente nocivos para la humanidad. Aunque tampoco se quieren ignorar los potenciales efectos nocivos de dicho cambio en unas páginas que hacen de la idea de supervivencia su hilo conductor.

La comunicación como problema de coordinación

El descriptivismo está de moda. El prescritivismo (o normativismo) se contempla con recelo.

El descriptivismo es entretenido. Puede considerarse una afición emparentada con la entomología o la filatelia. Consiste en coleccionar especímenes —cuanto más exóticos, mejor— y pincharlos sobre un corcho con un alfilerito. Tiene, por supuesto, una componente política y moral muy vecina de lo posmo. Pero no quiero abundar ahora en ella.

En esta entrada quiero romper una lanza en favor del prescritivismo desde un punto de vista inhabitual: el de la teoria de juegos. El estudio de la comunicación y el lenguaje se ha estudiado desde muchas perspectivas, pero una de las menos frecuentes es la económica.

Supervivencia y ética corporativa

Estoy leyendo un libro muy interesante: Morality, Competition, and the Firm: The Market Failures Approach to Business Ethics.

El libro abunda (y ofrece una perspectiva inhabitual y alejada de lo que podría llamarse el consenso de la época) sobre los principios éticos que deberían regir el comportamiento de las empresas. Se refiere largamente, por supuesto, al afamado artículo de Friedman de 1970 (que puede resumirse en: maximiza beneficios mientras te mantengas en el lado aburrido de la ley) y otras perspectivas más actuales que hacen hincapié en esas etéreas responsabilidades adicionales que se supone que tienen las empresas para con una miríada de stakeholders.

Races to the bottom

[No sé cómo traducir “race to the bottom” al español. Así que usaré las sigla RtB en lo que sigue.]

En nuestras sociedades operan mecanismos que tienden de forma natural al equilibrio. Por ejemplo, los mercados competitivos; nadie de quienes opera en ellos, ni individual ni colectivamente (y salvo que se desvirtúe la naturaleza competitiva del mercado) puede alterar su funcionamiento sea racionando la producción, alterando los precios o acaparando producto. Oferta y demanda se encuentran en todo momento en un punto de equilibrio dinámico.