Intuiciones morales: una advertencia

Hoy he tenido una discusión sobre las intuiciones morales como fundamento de un comportamiento moral. El argumento ofrecido (por los otros) es simple: todos tenemos intuiciones sobre lo que es correcto y lo que no y nuestro comportamiento moral debería estar basado ya sea en ellas directamente o indirectamente a través de principios éticos construidos por interpolación.

Me parece relevante dejar aquí escritos una serie de contraargumentos al respecto. En primer lugar, las intuiciones morales tienen mucho más de fisiológico que de racional. Hay un mecanismo físico —¿hormonal?— que se activa en presencia de aquellas —¿todas? ¿solo algunas? ¿dependiendo del contexto?— coyunturas que solicitan un juicio moral: frecuentemente sentimos algo en el estómago, se nos humedecen los ojos, etc.

Indicios de que "lo del cambio climático" es una tomadura de pelo

Vaya por delante que el autor de estas páginas no es lo que ha venido a denominarse un negacionista del cambio climático sino, más bien, un observador con cierto interés en lo que ocurre. Pero este observador tiene motivos para descontar el potencial efecto de eso en lo que, efectivamente, cree —aunque con diferencias de grado con respecto a muchos ortodoxos—.

Cuando hay una guerra o una hambruna, todos los recursos se dirigen de la manera más eficientemente posible a solucionar ese gran, casi único problema. Si el del cambio climático fuese un problema comparable, todos nuestros recursos irían dirigidos a mitigar sus causas y efectos.

Ciencias empíricas: una potencial deriva peligrosa

Hace un tiempo, escuché una conferencia de uno de los más conocidos y reconocidos economistas españoles en Youtube y habrá de perdonárseme ahora la pereza por ubicar en enlace. Lo relevante de la charla versaba sobre lo que me llevó a ella, el tratamiento —¿neotratamiento?— de la causalidad dentro de dicha disciplina. Pero lo relevante para la entrada de hoy fue el llamamiento a convertir la economía en una ciencia empírica.

Salvando, tal vez, al homo economicus

Lo del homo economicus siempre ha sido un mito. Pero léase esto que escribí sobre mitos y modelos.

El mito/modelo del homo economicus se dio por bueno durante mucho tiempo. Pero hoy está, sorprendentemente, en cuestión; véase esto como ejemplo de e introducción a una extensa literatura fácilmente resumible. La irracionalidad del ser humano en lo relativo a la gestión económica de sus asuntos es conocida desde siempre: toda una industria, la publicidad, está construida sobre esa premisa.

Cambio climático: ¿por qué esta vez es diferente?

El del llamado cambio climático no es el primer gran reto medioambiental que recordamos los que tenemos ya cierta edad. Hace no tanto, los que iba a acabar con nosotros fueron, primero, la lluvia ácida y, después, el agujero de la capa de ozono. Pero estos dos problemas han sido solucionados. Así que la pregunta casi necesaria es: ¿podrá igualmente solucionarse el problema del cambio climático? ¿Hay algo que lo haga distinto?

Transición energética: los últimos serán los primeros

La de la transición energética es una carrera en la nos vemos obligados a competir en estos desventurados tiempos nuestros. Pero a diferencia de otras carreras en las que se ha visto inmersa la humanidad —grandes descubrimientos, colonización de África, revolución industrial, etc.— los incentivos están al revés: se gana perdiendo, llegando el último. En términos bíblicos (¿evangélicos?), rige aquello de que los últimos serán los primeros.

Podría abundar en los motivos, las evidencias y las consecuencias, pero lo dejo como ejercicio al lector interesado.

Mitos y modelos (o Bueno y Box)

Escribe Gustavo Bueno que:

En tanto que los mitos asumen el papel de interpretar el mundo, sus efectos pueden ser diversos. Hay mitos luminosos y esclarecedores. Hay mitos ambiguos o claroscuros. Y mitos oscurantistas y confusionarios.

Dicen que dijo G. Box:

All models are wrong, but some are useful.

¿NO vienen a decir, en el fondo, lo mismo?

Sostener que "la ciencia respalda la energía nuclear" implica indirectamente que la economía no es una ciencia

Se expande por ahí la particular especie de que la ciencia —¿con mayúscula tal vez?— respalda el uso de la energía nuclear. Lo cual es solo parcial e interesadamente cierto.

Trolley problem

Las ciencias duras, por supuesto, no pueden dejar de indicar que la energía nuclear, tal cual se operacionaliza hoy, es segura, etc. (Aunque no se puede olvidar que el grado de seguridad bajo el que debiera operar una instalación nuclear no es una categoría que pertenezca y se pueda resolver en el seno de una ciencia dura: exige un análisis que la sobrepasa.)

Tres perspectivas sobre el asunto de la meritocracia

Retomo el debate sobre la meritocracia, que ya ha aparecido en estas páginas en un par de ocasiones previas menos por gusto que por necesidad. Desgraciadamente, existe hoy en día y, al menos, en la parte del globo que habito, un preocupante debate al respecto que nos obliga a reflexionar, posicionarnos y, por supuesto, en el ámbito de nuestra esfera privada y familiar actuar en consecuencia.

Lo que quiero dejar descritas hoy son tres posturas que he identificado acerca de la meritocracia. No quiero, de todos modos, negarme a pensar que pueda haber otras o que un par de las que considero no puedan considerarse variantes o, al menos, mutuamente compatibles. Las quiero denominar postura metafísica, cuantitativa y pragmática.

Ensayo de una definición de mérito con lejanas reminiscencias termodinámicas

Vuelvo al asunto del mérito (vs suerte), que ya traté en otra ocasión, y que habrá de servirme de apoyo en una entrada futura sobre el asunto. Porque pensando sobre ella he venido a darme cuenta de que no cuento con una definición satisfactoria de mérito en las coordenadas desde las que se escriben estas páginas.

Mérito se suele contraponer a la suerte, aunque sea implícitamente, como en el siguiente fragmento (extraído del enlace anterior):

Sobre la multiplicidad (creciente) de los "bottomlines"

El 13 de septiembre de 1970, Milton Friedman escribió un influyente artículo en el NYT, The Social Responsibility Of Business Is to Increase Its Profits. En él se plantea el problema de la gestión empresarial como uno que los matemáticos entenderían como bien planteado: gestionar una empresa consiste en combinar los factores de producción de tal manera que se maximiza una única función, el beneficio, sujeta a una serie de restricciones (o constraints, en la jerga de la optimización) relacionadas con el cumplimiento de las normas de índole laboral, medioambiental, etc.

Discusiones en grado "meta"

En términos muy gruesos, cierto tipo de discusiones pueden categorizarse en dos categorías: la positiva y la meta. La siguiente imagen permite ilustrar la diferencia a la perfección:

Atajo

En una discusión positiva se criticaría a quienes toman el atajo: existe una norma casí explícita —camínese por la senda provista a tal efecto—, pero unos cuantos avispados reinterpretan o desnaturalizan lo que debe hacerse y eso, necesariamente, es cuestionable. En una discusión meta, sin embargo, uno podría comenzar cuestionando desde el principio el trazado de la senda para acabar, probablemente, justificando el uso del atajo.

Lo que la inteligencia artificial nos enseña sobre los "valores humanos"

La robótica, la inteligencia artificial (AI en lo que sigue) y disciplinas anejas son una (fructífera) trituradora de conceptos que muchas veces damos por sentado. Ya se ha utilizado aquí al discutir la dualidad entre el cuerpo y el alma y hoy toca utilizarla para analizar qué hay detrás de eso que llamamos valores humanos.

Dicen que el papel lo aguanta todo. Uno puede escribir cualquier retahíla de non sequiturs en un folio y escritos quedan. Incluso pude que alguno los dé por buenos y valiosos. Pero uno escribe una incoherencia en el código que gestiona un dispositivo robótico —o en un sistema de AI; o incluso en un humilde script en Python— y si aquello no se adhiere a la más estricta lógica, lo menos malo que puede ocurrir es simplemente que nada funcione.