El aborto en 2222

Si algo sabemos de las reglas morales es que varían en el tiempo. Se puede aventurar —aunque la relación exacta merece un análisis más detallado— que responden a las condiciones materiales de cada época. Por supuesto, con sus crisis de aclimatación.

Que el aborto sea un derecho reconocido —manifestación legal de un estado de opinión moral preponderante— responde a las circunstancias materiales muy concretas del mundo que vivimos. No lo fue, sin embargo, del que ya no existe y, argumento debajo, no lo será de uno futuro muy plausible.

El futuro del trabajo

Permítaseme esta entrada especulativa sobre el futuro del trabajo.

Lo que argumentaré:

  • El problema del desempleo dejará de serlo pronto.
  • Pero tendremos muchos trabajadores pobres.

Obdulio, en los 60, se aferraba como una lapa a la clase media. Estaba pluriempleado, cosido a letras y mantenía, además de la suya, cinco bocas: las de su esposa, sus tres churrumbeles y su mamá política, recientemente enviudada. En su hogar, cada trabajador soportaba cinco inactivos que comían todos los días. Ni que decir tiene que a Obdulio apenas le quedaban recursos sobrantes —dinero, tiempo— para cualquier tipo de amenidad. Todo lo suyo, toda su circunstancia, era modesta.

Bendito fútbol

El fútbol es poco más que ruido, ruido de fondo. Pero es un ruido tan familiar que estamos hechos a él, que ni lo oímos. Solo ocasionalmente produce alguna molestia menor.

Pero, ¿qué pasa si desaparece el ese ruido? Entonces comienzan a ser audibles otros sonidos más desagradables, entrometidos y molestos. Un mundo sin fútbol no es un mundo en pacífico silencio sino uno de continuas estridencias.

Bendito fútbol.

Los tres estados hogaño

Nota previa: El tercer estado de los libros es esto.

Un modelo simple para entender cómo se organiza el mundo de la política hoy en día es razonar en términos de los tres estados contemporáneo. Que a falta de otra denominación tan breve y descriptiva como la que ofrezco llamaré de los productores, los burócratas, y,… ¿cómo llamaría al tercero? La verdad, solo se me ocurre parásitos y no me atrevo a usar el término por lo de potencialmente deshumanizante de la metáfora. Pero creo que se me entiende.

La riqueza con adjetivo no es riqueza

La palabra riqueza, acompañada de un adjetivo, deja de ser riqueza, pierde su sentido literal. Lo cual no es nuevo: ocurre en cierto modo con todo uso metafórico del lenguaje. Pero, me temo, demasiada gente lo toma demasiado al pie de la letra. Espero que nos demos cuenta de ello antes de que echemos mano a la nevera y esté vacía.

¿Por qué la regulación favorece sistemáticamente al "incumbente"?

Es muy recomendable ver Regulation is the Friend of the Incumbent. En esa charla, Bill Gurley ofrece cierta —porque no deja de ser personal o subjetiva más que sistemática— de a quién favorece la regulación: al incumbente, al que está.

Pero no nos dice por qué, siendo como es tan sencillo de explicar.

Imaginemos que se reparte una herencia. Hay cinco herederos pero los las gestiones y los detalles últimos del reparto las realizan dos de ellos exclusivamente. ¿Qué cabe esperar?

Totalitarismo, autoritarismo, democracia y todas esas cosas

Traduzco (de aquí):

Uso la palabra totalitario con el significado de que el gobierno controla todos los aspectos de la vida y autoritario con el de que el gobierno es una dictadura sin controles y equilibrios. Lo opuesto a totalitario es libertario o simplemente libre; lo opuesto a autoritario es democrático. Creo que el totalitarismo y el autoritarismo están correlacionados, pero representan dos conceptos diferentes, y que tiene sentido evaluar las democracias según su grado de totalitarismo. Mi forma ideal de gobierno sería principalmente democrática y en gran parte no totalitaria, en el sentido de que el gobierno controlaría una parte limitada de la vida, la esfera pública, y decidiría qué hacer con esa parte a través de un proceso democrático.

Irracionalidad racional

A cierta gente se a la acusa de irracional por decir cosas como esta:

— ¿Es este el verano más caluroso que recuerdas?
— No, en absoluto. Sin ir más lejos, en 2003…

Se sigue un diagnóstico de irracionalidad: ¿por qué no consulta Vd. los registros históricos de temperatura? ¿No sabe Vd. que la memoria juega malas pasadas? ¡La ciencia sicológica lo tiene plusquamdocumentado!

El problema, sin embargo, estriba en que el diálogo anterior suele ser un extracto de una conversación más larga:

Banca: competencia vs estabilidad

La competencia es sana. Puede que el sector bancario en España esté excesivamente concentrado. Algunos protestan. Pero la vida de las empresas que operan en mercados de competencia perfecta es nasty, brutish and short.

¿Queremos que la vida de nuestros bancos sea corta? ¿Queremos que algunos quiebren de vez en cuando? ¿Queremos, por tanto, competencia perfecta en el sector bancario?

La banca es, por lo tanto, particular. Estabilidad bancaria y competencia son objetivos ambos deseables pero no alineados y que exigen un trade off. ¿Cuál? Afortunadamente, no es problema mío.

Lecciones sobre una teoría trucha de la inflación

Hay una teoría trucha sobre las causas de inflación —y también sobre los ciclos económicos— que la asocian a cambios de preferencias por parte de la población. La califico de trucha por varios motivos: no está generalmente aceptada por el consenso de los economistas y ni explica ni puede explicar ciertos y muy destacados episodios inflacionarios (e hiperinflacionarios). Pero que, sin duda, explica parte del que vivimos actualmente.

La idea básica es que un cambio drástico en las preferencias de los consumidores pueden dar lugar a tensiones inflacionarias. Un ejemplo mental: una economía solo produce y consume dos productos finales: manzanas y televisores. Durante mucho tiempo el mercado está en equilibrio y los precios son más o menos constantes. Pero un buen día, por algún motivo, los consumidores cambian de hábitos y comienzan a valorar más los televisores que las manzanas y comienzan a consumir más de los primeros que de las segundas.

Sobre la "greedflation"

La “greedflation” es una seudoexplicación causal de la inflación: a las empresas, de repente, les da por subir precios más o menos simultáneamente y eso desemboca en una espiral inflacionista. Se trata de una teoría muy arraigada en ciertos sectores ideológicos.

Así por ejemplo resume la prensa los motivos detrás de la creación del nuevo Observatorio de Beneficios Empresariales:

El propio secretario de Estado de Economía, Gonzalo García, avanzó en el Congreso de los Diputados que el objetivo era lanzar el observatorio antes del final de junio y, salvo sorpresa de última hora, se cumplirá con el plazo. De esta forma, quedará ya publicado antes del inicio de la campaña electoral, que podría enturbiar la creación de una nueva estadística tan importante como es esta y con profundas implicaciones para las empresas, que llevan meses aprovechando la coyuntura inflacionista para elevar sus beneficios.

¿Cambiarán los incentivos en Twitter?

Dizque las redes sociales tienen éxito por su caracter adictivo: se ha escrito mucho al respecto y no merece la pena abundar en ello. Las redes sociales, además, son muy democráticas: un click, un voto; tanto da el de Agamenón como el de su porquero. El click —o la impresión, para el caso—, además, está sumamente devaluado por dos motivos: que hay muchos y que la tecnología no es capaz de discriminar satisfactoriamente; de hecho, la tecnología es prácticamente incapaz de separar humanos de bots.

Más sobre el terraplanismo

Hay cosas que están en escala humana. Para entender las cosas en escala humana no hace falta sino un poquitín de sentido común. No tienen mucho misterio.

Las ciencias estudian objetos y fenómenos que no están en escala humana: bacterias, planetas, sociedades, etc. Lo hacen creando herramientas y dispositivos que reescalan esos fenómenos a nuestra propia medida. El bosón de Higgs es minúsculo, pero para probar su existencia se hizo pública esta imagen: