Economía

Oferta vs abundancia vs asequibilidad

Hay tres términos en boga, todos relativos a un mismo tema, cada uno asociado a un rango del espectro político unidimensional:

  • Oferta, favorecido por “la derecha”: nuestras angustias económicas son consecuencia de la falta de bienes y servicios y que su producción está constreñida por regulaciones, impuestos y zarandajas de todo tipo.
  • Abundancia, asociado a posturas centristas y que es lo mismo con algún sutil matiz para hacerlo más fácilmente digerible a gentes situadas más a la izquierda. En el fondo, hay cierta relación entre la diferencia entre oferta y abundancia y entre fraternidad y solidaridad. Solidaridad es un reemplazo que se buscó a fraternidad en cierto momento histórico porque el término original tenía cierto olor a incienso.
  • Asequibilidad, que es la aportación de la izquierda uniceja al debate. El término describe la pretensión de que todo sea barato de manera más o menos taumatúrgica y con absoluto desprecio hacia los efectos dinámicos de la fijación de precios.

Scott Sumner, al respecto, ha escrito Output is abundance is affordability, artículo que ChatGPT resume (con mis arreglos) así:

Hoy, las renovables; mañana, ¿las pensiones?

Hace unos días, El Confidencial publicó un artículo interesantísimo, pero que ha pasado prácticamente inadvertido. Se titula Un ‘inversor verde’ se toma la revancha con España y le saca 262 M en el Banco Mundial. Vayamos por partes.

El CIADI

En los años 50 y 60, tras la descolonización y el auge de la inversión extranjera en países en desarrollo (también conocidos como repúblicas bananeras), surgieron muchos conflictos entre gobiernos y empresas extranjeras. El Banco Mundial promovió el CIADI, (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones) para:

Cooperativas de viviendas

Creo que ya hablé sobre el asunto el año pasado. Pero he leído How Co-Ops Electrified America, que ChatGPT resume como

En la década de 1930, gran parte de la América rural aún carecía de electricidad. Las compañías privadas se negaban a extender líneas a estas zonas porque no resultaba rentable. La Administración de Electrificación Rural (REA) del New Deal intervino, movilizó a las cooperativas locales de agricultores y logró llevar rápidamente la energía a las comunidades rurales, transformando así la vida y la economía en el campo.

Deseo mimético, chivo expiatorio y... vivienda

A ese tal Girard se lo conoce por dos teorías: la del deseo mimético y la del chivo expiatorio. Me costó unos cuantos tokens llegar a entender la pretendida relación causa-efecto entre ambas. Me molestaba, además, la presunta necesidad y ubicuidad de estos patrones de comportamiento social a lo largo del espacio y el tiempo.

Dediqué unos minutos a buscar contraejemplos, pensé en todo lo que se cuenta acerca del mercado de la vivienda en España (y algunos otros países de los que nos llegan noticias) y se acrecentó mi simpatía por ese tal Girard.

¿De dónde sacan a los economistas en España?

Dudo que exista alguna disciplina de la que nadie haya recopilado alguna lista de paradojas asociadas a ella, es decir, resultados que la disciplina da por buena pero que están en conflicto con la intuición o el sentido común. Por ejemplo, en probabilidad es posible probar que en una habitación con apenas 23 personas elegidas al azar, hay una probabilidad del 50% (aproximadamente) de que dos de ellas cumplan años el mismo día.

Dos cosas que el sector público hace mal

El sector público ha asumido muchas tareas. Se percibe a menudo como ineficiente y según Joseph Heath (en el libro que comenté aquí), uno de los motivos es que asume tareas en las que es muy difícil operar eficientemente. Aún así, el sector público, con el apoyo de una parte sustancial de la ciudadanía, está incentivado a ampliar su ámbito de intervención (function creep, lo llaman en inglés). Así que no está mal recordar de vez en cuando algunas cosas que hace mal.

¿Cuánto deprecia un derecho el hecho de que no se pueda vender?

En el segundo tercio del siglo XIX hubo una revolución silenciosa (a ratos) en España propiciada por un hecho fundamental: la desamortización. Hasta entonces, habían existido entidades que tenían un particular derecho de propiedad sobre vastos conjuntos de bienes (tierras, edificios, etc.): los poseían pero no podían transferirlos, venderlos. Eso no solo restaba valor a su posesión sino que impedía su eficaz aprovechamiento y lastraba el desarrollo económico.

Muchos de nuestros derechos que gozamos hoy en día tienen cercenado su valor porque no son transferibles: piénsese en esos que otorga la GDPR.

Economía y ecología: tan parecidas, tan diferentes

Ecología y economía son dos disciplinas que se parecen en muchos aspectos:

  • Estudian fenómenos complejos plagados de relaciones no lineales.
  • En los sistemas que estudian hay agentes que maximizan ciertas funciones y están sujetos a restricciones presupuestarias.
  • La noción de equilibrio juega un papel fundamental en ambas disciplinas.
  • Están condicionadas por los conceptos análogos de cultura y etología.

Sin embargo, operan sobre fundamentos ideológicos distintos:

  • La economía propone y estudia todo tipo de intervenciones en el sistema.
  • La ecología las aborrece.

Curioso, ¿no?

¿Padecemos una talidomida al año?

El otro día compartí mesa con $X_1,\dots,X_{13}$. En un momento, $X_5$ reveló que trabajaba para la agencia española encargada de aprobar medicamentos y que su papel consistía en evaluar ciertos aspectos de los que proponía la industria de cara a su potencial comercialización. $X_9$, sentado enfrente, le hizo la pregunta casi necesaria entre los que tienen un mínimo de cultura científica: ¿estamos a salvo de otra talidomida?

Es natural que quienes trabajan en ese tipo de agencias operen bajo el presupuesto legal y cultural de que hay que evitar otra talidomida a toda costa. Pero pongamos algunos números a la cosa (algunos extraídos de Gemini o la Wikipedia):

Sobre la inobservancia de los microfundamentos en economía: de Marx a Jesús Fernández Villaverde

Jon Elster, al revisar analíticamente la obra de Marx, encontró poco creíble su aproximación funcionalista a la descripción del comportamiento de, por ejemplo, la clase capitalista. Aunque tal vez como clase tuviesen interés en lograr objetivos como mantener sojuzgada y emprobrecida a la clase trabajadora, es evidente que desde la óptica de la teoría de juegos, de la teoría de la elección racional y el análisis microeconómico, es evidente que muchos capitalistas tenían incentivos para actuar de otra manera. Además, seguro que si se hiciese una encuesta entre los capitalistas industriales del Mánchester de 1860, posiblemente ninguno diría operar motivado por muchos de aquellos motivos que les presuponía Marx.

¿Soberanía tecnológica?

El estado ha tomado el dinero que los autónomos hemos creado ex nihilo y se lo ha dado a unos tipos de Barcelona para que creen modelos de lenguaje (LLMs, como ChatGPT) especialmente diseñados para dar soporte a esos idiomas que hablan algunos en la zona periférica de la península Ibérica. Es muy difícil encontrar información sobre el asunto, pero he dado con el vídeo de una charla de uno de los responsables del proyecto en la U. de Jaén.

La paradoja de la escasez de vivienda: el caso de Portugal

Esta semana he escrito una serie de cortos sobre vivienda y quiero explayarme en algunos aspectos del problema. En particular, sobre la paradoja que nadie parece percibir y a la que hacía mención al final de aquella entrada. La voy a ilustrar con el caso de nuestro vecino Portugal.

Primero, una serie de hechos conocidos:

  • Portugal es un país que, por motivos que algunos conocen, es incapaz de producir bienes y servicios que deseen los extranjeros.
  • Vive instalado en una especie de molicie económica que fuerza a muchos jóvenes a la emigración.
  • Hace unos años se le ocurrió la feliz idea de crear una visa especial por la que ciudadanos acaudalados de otros países —p.e., nómadas digitales— podían instalarse a vivir en Portugal y disfrutar de una serie de ventajas fiscales.

La idea es estupenda: aunque los productos y servicios portugueses no encuentran compradores fuera, es posible traer a los compradores dentro. Las ventajas son:

Conceptos importantes (pero no lo suficientemente conocidos) para entender lo que ocurre hoy: los anticomunes

El asunto de los comunes y su tragedia es, pienso, sobradamente conocido ya. Pero como concepto o modelo para entender lo que ocurre no es tan útil como el concepto dual de los anticomunes. Le he pedido a Perplexity que me muestre unos cuantos ejemplos de la cosa y, prácticamente, me ha escrito la entrada entera. Me ha dicho:

La literatura cita varios ejemplos para ilustrar el concepto de los anticomunes: