Móviles y niños: una discusión "meta"

Sobre el uso de los móviles en los colegios (y, más en general, sobre el uso de los llamados dispositivos electrónicos por los niños), hay dos posturas fácilmente identificables. En su versión más breve y cruda y menos matizada, son:

  • Que son perniciosos y que hay que prohibirlos.
  • Que son herramientas de aprendizaje muy útiles.

Suelen corresponderse con dos interpretaciones de la muchachada:

  • Todos los niños están representados por el niño promedio. No nos interesan los niños individuales sino un niño hipotético situado en el promedio de todas las dimensiones de interés.
  • Los niños son desiguales en muchas de sus características y, aun concediendo que a una mayoría le perjudica un uso más o menos autónomo de estas herramientas modernas, existe una significativa minoría de niños con inquietud e interés que pueden beneficiarse extraordinariamente de disponer de todo el conocimiento y de la respuesta a todas las preguntas que pueden concebir a su edad.

La primera postura es la que observo más generalizada; por su ubicuidad, omito enlaces a textos que la defienden: son casi todos. La segunda es minoritaria, pero está expresada en, por ejemplo, esta breve entrada en MarginalRevolution.

Esta es una cuestión que, en el fondo, refleja la tensión entre posturas utilitaristas y paretianistas de los principios de la acción moral.